Caminante no hay camino

Uno de los mejores poetas que he leído es el español Antonio Machado (1875-1939) nacido en Sevilla, influido por el modernismo y el simbolismo, perteneciente a la famosa generación del 98. Obtuvo doctorado en letras en 1918, y diez años más tarde fue elegido como miembro de la Real Academia Española.

En su obra Soledades (1903) se revela la influencia del modernismo, profundizando en la expresión de emociones auténticas, a menudo plasmadas a través de un sobrio simbolismo, que aunado a su tono melancólico e intimista, le permitió reeditar su obra hasta consumar Soledades, galerías y otros poemas (1907).

Al igual que Miguel de Unamuno, Machado consideró que su misión era «eternizar lo momentáneo», capturar la «onda fugitiva» y transformar el poema en «palabra en el tiempo». Esto dio como resultado su máximo creación, titulada Campos de Castilla (1912), en la que transmite el sentir de la nación española negra, que fue tan criticada por la Generación del 98 desde una perspectiva regeneracionista, al tiempo que se describe con hondo patriotismo la evidente decadencia y ruina de las viejas ciudades castellanas.

Pasará el tiempo, pero Antonio Machado continuará presente en cualquier época con su auténtico lirismo, haciendo camino, el camino hacia al mar, para no pisar jamás camino que ha quedado por siempre atrás.

 

Caminante no hay camino

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse…

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…»

Golpe a golpe, verso a verso…

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…»

Golpe a golpe, verso a verso…

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…»

Golpe a golpe, verso a verso.

 

Antonio Machado

 

antonio_machado

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