A una flor

Manuel Acuña (1849-1873) fue un grandísimo poeta mexicano, romántico e intelectual. Su romanticismo fue tan explícito que demostraba en cada línea la más pura y sincera gota de sangre de su corazón enamorado. Una gran lástima fue el hecho de que se haya quitado la vida, y todo provocado por un amor no correspondido: Rosario.

En las siguientes líneas una muestra de uno de los poemas de Manuel Acuña, el poeta, el hombre que en verdad, murió de amor.

 

A una flor

Cuando tu broche apenas se entreabría
para aspirar la dicha y el contento
¿te doblas ya y cansada y sin aliento,
te entregas al dolor y a la agonía?

¿No ves, acaso, que esa sombra impía
que ennegrece el azul del firmamento
nube es tan sólo que al soplar el viento,
te dejará de nuevo ver el día?…

¡Resucita y levántate!… Aún no llega
la hora de que en el fondo de tu broche
des cabida al pesar que te doblega.

Injusto para el sol es tu reproche,
que esa sombra que pasa y que te ciega,
es una sombra, pero aún no es la noche.

 

Manuel Acuña

 

una_mirada_dulce

«Una mirada dulce» de Emile Vernon

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